¡La felicidad productiva es posible!
Si bien es cierto que el componente económico continúa siendo un factor generador de motivación, ha dejado de considerarse como el principal. A través de los años ha venido cobrando cada vez mayor importancia, en el mundo laboral, el concepto de bienestar emocional, definido por la Organización Mundial de la Salud como: “un estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a la comunidad.”
Los expertos en el tema no solo han observado como el bienestar emocional laboral se ha convertido a lo largo de los últimos años en una de las variables que más pesa al momento de considerar una oferta laboral o de permanecer en una organización, sino que han llegado a la conclusión de que éste se encuentra estrechamente relacionado con los niveles de productividad y rendimiento del empleado.
Por lo anterior, esta destacada relación ha tomado el nombre de felicidad productiva, un estado en el que el bienestar emocional del empleado le permite estar colmado de objetivos y satisfacciones profesionales que lo llevan a alcanzar niveles altos de productividad. Dicho estado se refleja frecuentemente en aspectos como el logro en la fidelización de clientes, agilidad en la resolución de problemas y mayores niveles de creatividad, liderazgo y compromiso con la organización.
¿Pero qué aspectos influyen a la hora de alcanzar la tan anhelada felicidad productiva?
Las empresas del mundo laboral actual deben estar en capacidad de evaluar sus procesos y generar cambios que propicien el bienestar y la felicidad de la fuerza laboral. Algunos de estos aspectos que se reconocen aportan en este proceso son:
- Asociar las características y competencias del empleado con las necesidades de la organización. Tener una interacción correcta entre las funciones que se desempeñan y las características personales se convierten en un elemento motivador para el empleado.
- Contar con líderes que incentiven la autonomía y mantengan un apropiado reconocimiento de sus colaboradores.
Sensibilizarse, como Organización, a las necesidades del empleado y entender como su vida personal influye directamente en su desempeño laboral.
Implementar capacitaciones que vayan más allá de la formación técnica y fortalezcan el desarrollo de competencias, herramientas y habilidades emocionales que le permitan al talento humano de la organización forjar la resiliencia, el pensamiento constructivo y gestionar sus emociones de forma tal que posean una mayor estabilidad dentro y fuera del entorno laboral.
Además, medir con periodicidad los niveles de motivación y satisfacción, con el fin de evaluar el nivel de felicidad productiva mediante indicadores previamente establecidos.
La felicidad es productiva
Un estudio realizado por la consultora Apertia Consulting mostró la relación existente, en términos numéricos, entre los niveles de felicidad y productividad en el mundo laboral. Los resultados indican que “por cada punto que se mejora en la escala de felicidad, la productividad se incrementa en un 8,8%; y la diferencia entre el 25% de las personas con menor bienestar emocional y las que están en el 75% más alto es de hasta un 31%”. Lo que significa que, una organización en la que la mayoría de sus empleados se encuentran con un bienestar emocional del 25%, es decir, muy bajo, podría estar perdiendo hasta un 31% de su producción.
El reto actual consiste en tomar consciencia de que para alcanzar los tan deseados niveles de productividad y compromiso en el talento humano, las Organizaciones deben entender que las nuevas tendencias en materia laboral se proyectan hacia un entorno de trabajo que vaya más de la mano con la satisfacción profesional y personal, así como con la calidad de vida.
Fuentes bibliográficas
- J. ÁLAVA. Psicóloga experta en la relación entre felicidad y rendimiento laboral.
- Organización Mundial de la Salud.